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Municipios Tlaxcala

Sin cesar denuncias contra parquímetros

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Viridiana Salazar

Las denuncias por parte de ciudadanos y visitantes al pueblo mágico no dejan de cesar, ya que evidenciaron que el personal de parquímetros, sin razón ni argumentos ha puesto los inmovilizadores en las llantas de los vehículos.
Como arbitrarias denunciaron esta situación, ya que desde hace meses, el personal de parquímetros está al acecho de a quienes puede poner el inmovilizador,
Al respecto un visitante al municipio de Huamantla, denuncio que el personal de los parquímetros, continúa cometiendo arbitrariedades con la finalidad de cobrar una multa, bajo ningún argumento.
De acuerdo a versiones de varios afectados, dijeron haber  sufrido de negligencia en el servicio, además del cobro de multa sin razón alguna, “los encargados de los parquímetros colocan la araña, baja cualquier pretexto ello sin importar que se pague el derecho a estacionamiento, si el servicio del parquímetro se te venció y corres a cambiar el ticket y ya cuando ves ya te pusieron el inmovilizador, aunque les digas que lo fuiste a cambiar, o que inclusive la maquina no sirvió y tuviste que acudir a la siguiente a ellos no les importa” apuntaron quejosos.
 Rogelio Sánchez Calderón, originario del municipio de San Martin Texmelucan, quien el pasado lunes por la mañana fue víctima de los responsables de los parquímetros, relató que a pesar de haber pagado su derecho a estacionarse y de demostrar que tenía su comprobante sin que la hora se hubiera vencido, tuvo que pagar multa de 130 pesos, ya que los responsables de los aparatos dijeron no ver el comprobante a pesar de que este estaba visible en el asiento del conductor.
“mi tiempo se terminaba 10:45 regrese y ya tenía la araña sin que mi tiempo terminara y es que a la hora de cerrar la puerta mi comprobante callo al asiento del conductor y a pesar de que se veía ahí en el asiento, los encargados dicen que no importaba, que el comprobante tenía que estar en la parte de enfrente del vidrio, y que no había pretexto, que se tenía que pagar la multa”.
Un caso similar le paso a Juan Vázquez Rivera, quien también tuvo que pagar una multa a pesar de haber pagado, dos veces el derecho a estacionarse, “cuando se me termino mi tiempo acudí a mi camioneta a sacar suelto para pagar el parquímetro, es más deje abierto el vidrio y me dirigí nuevamente a pagar, cuando me di cuenta ya me estaban poniendo la araña y a pesar de que corrí y les dije que había bajado a pagar , no les importo y me la colocaron y tuve que pagar la multa de 125 pesos”
A dos años de que este servicio es mal visto por los ciudadanos, por el mal servicio que estos ofreces, los quejosos dijeron que no ha habido autoridad o ley que cese este tipo de abusos que además de afectar a los pobladores, corre el turismo que llega a visitar el denominado pueblo mágico.

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Video | Presidenta municipal de Chiautempan hizo entrega de la techumbre en la Escuela Primaria Emiliano Zapata, de la comunidad de Muñoztla

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#Educación
Blanca Angulo, presidenta municipal de #Chiautempan hizo entrega de la techumbre en la Escuela Primaria Emiliano Zapata, de la comunidad de #Muñoztla. 👩🏻‍🏫✅
Es la tercera techumbre que entrega en el año y beneficiará a más de 400 niñas y niños en sus actividades escolares, así como docentes, padres y madres de familia y la comunidad en general. 💯

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Video | Blanca Angulo entrega tercera techumbre escolar en 2025

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Blanca Angulo entrega tercera techumbre escolar en 2025

Al inaugurar la tercera techumbre escolar que ha construido la presente administración municipal de #Chiautempan, el secretario de #Educación Pública del Estado, Homero Meneses Hernández, afirmó que Blanca Angulo Meneses es la alcaldesa que más apoya a la educación en el estado.
Ante alumnos de la Escuela Primaria Emiliano Zapata de la comunidad de San Pedro Muñoztla, el funcionario estatal dijo que “sin duda la que más ha apoyado a las escuelas es la presidenta Blanca Angulo, les he dicho a otros presidentes Vean para que aprendan, y lo ha hecho con recursos municipales, esa visión de invertir en educación no todos la tienen, que los demás la tomen como ejemplo y cuenten con que apoyaremos a los municipios para hacer crecer el sistema educativo”.
La presidenta Angulo entregó a la comunidad escolar una techumbre de que fue construida con recursos o propios, la medida es de poco más de 570 metros cuadrados y la inversión de un millón 770 mil pesos, la estructura fue instalada en el patio de usos múltiples de la institución educativa y protegerá de inclemencias del tiempo a los pequeños estudiantes.
Blanca Angulo refrendó su convicción de seguir trabajando a favor de la ciudadanía, y ante alumnos, padres de familia y comunidad estudiantil comentó que cuando le propusieron hacer la techumbre ponderó acciones y decidió atender la petición porque se trata de la salud, seguridad y bienestar de los niños.
En representación de la primaria la pequeña Maribel, de primer grado, leyó un mensaje de agradecimiento a la presidenta y a las autoridades educativas y del estado, al término fue felicitada por su excelente dicción, seguridad y preparación que recibe en una de las escuelas públicas del municipio de Chiautempan.
En la inauguración de la techumbre estuvo la diputada Maribel León, el síndico Cristóbal Cruz, la presidenta de comunidad anfitriona Luz Elvira Zecua Ortiz, regidoras y regidores, así como presidentes de comunidad, personal del ayuntamiento, maestros, padres de familia y vecinos de la comunuidad.
#IdentidadQueTransforma

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CRÓNICAS DE YAUHQUEMEHCAN Los grupos multigrado de las escuelas primarias

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CRÓNICAS DE YAUHQUEMEHCAN
Los grupos multigrado de las escuelas primarias

David Chamorro Zarco
Cronista Municipal
La verdad es que los procesos educativos masificados han sido lentos para la historia de nuestro país. Como se sabe, en la época anterior a los españoles, las instituciones estaban dedicadas a la formación de guerreros, labores dedicadas al hogar y a la familia y al alto ejercicio del sacerdocio, la ciencia y el gobierno. Con el virreinato, pocos pudieron acceder a la educación formal, dejando a la mayoría en instituciones que formaban en artes y oficios, a pesar de que la Real y Pontificia Universidad de México se fundó al inicio de la segunda mitad del siglo XVI. Con el logro de la Independencia y el posterior movimiento de Reforma, se pudo avanzar muy poco en llevar las letras, los números y las ciencias a la gran mayoría de la población y no fue sino hasta varios años después del fin de los principales acontecimientos armados de la Revolución Mexicana cuando se comenzaron a hacer esfuerzos muy serios y sistematizados para llevar escuelas y maestros a los pueblos de todas las latitudes de la nación.
El gran esfuerzo que realizó en su oportunidad el Maestro José Vasconcelos Calderón al frente del entonces Ministerio de Educación Pública, significó uno de los más grandes logros para el movimiento revolucionario, al lado del reparto agrario. La falta del número suficiente de docentes fue suplida con creces, pues prácticamente bastaba que alguna persona supiera leer y escribir o, en el mejor de los casos, hubiera culminado con la educación primaria para que, con unos cuantos cursos de inducción, se le habilitara para poder enseñar en otra región del país.
Seguramente muchos abuelos tienen vivió el recuerdo de que las figuras centrales en cualquier comunidad eran el cura, el maestro y, en caso de que hubiera, el médico. Las y los profesores gozaron durante mucho tiempo de especial aprecio entre las comunidades, no porque ya no lo tengan, sino porque era producto de mucho mayor cercanía con las familias.
Hasta bien entrada la década de 1970, varias escuelas primarias de las localidades de Yauhquemehcan no ofrecían los seis grados académicos, sino que en muchas ocasiones sólo llegaban hasta cuarto año. Esto significaba que la institución casi siempre tenía uno o dos maestros que se dividían el trabajo, organizando grupos multigrado, esto es, en un salón se atendía a los niños de primero y segundo, y en otro se atendía a los de tercero y cuarto.
Este mismo modelo multigrado incluso siguió durante la década de 1980, ya con muchas escuelas ofreciendo los grados completos. Naturalmente se ponía especial atención en los pequeños de primero y en los niños de segundo, pues se tenía la idea de que debían desarrollar bien las bases de la educación, por lo que se les organizaban grupos únicos. En cuanto a tercero y cuarto, un profesor se hacía cargo de su formación, lo mismo que otro mentor para atender a quienes pasaban a quinto y sexto grado de educación primaria.
Em esa época prácticamente no existían en nuestra municipalidad las instituciones de educación preescolar y se llegaba de manera directa a la primaria. No se tenía uniforme que distinguiera a las y los pequeños, por lo que se acudía con ropa común o de calle. Naturalmente las condiciones económicas de la mayoría de los pobladores se hacían presentes para sus hijos y la educación que recibían. Los pocos que tenían una solvencia económica superior, enviaban a sus pequeños a las escuelas de la ciudad de Apizaco.
Muchas niñas y niños, cuando terminaban su cuarto grado de educación primaria, si su escuela no contaba con los grados posteriores, se veían en la necesidad de inscribirse en otra escuela de la región, regularmente en la primaria Ignacio Zaragoza de la cabecera municipal, y el proceso de integración no era nada sencillo.
Las clases iniciaban a las nueve de la mañana. Unos diez minutos antes de esa hora, se tocaba una campana para indicar la primera llamada, misma que se repetía unos cinco minutos después y luego a la hora justa de la entrada. No era extraño mirar en las inmediaciones de la escuela a niñas y niños correr a toda velocidad en cuanto escuchaban el sonido de la campana que anunciaba el inicio de las clases y que también amenazaba con no recibirlos si no acudían con prontitud. A las diez y media de la mañana había un descanso que igualmente se anunciaba con el toque de la campana, al que de manera genérica se conocía como el recreo, que se aprovechaba para almorzar lo que las mamás hubieran empacado para tal fin, y por supuesto el tiempo también se utilizaba para jugar.
Era común que entre los diversos castigos y reprensiones que imponían las y los maestros, uno de los más comunes era dejar a los niños sin recreo, o sea, no permitir que salieran al patio a la hora del descanso. La mayoría de veces el castigo era impuesto por la comisión de alguna travesura grave o la falta de atención en la elaboración de las tareas escolares.
Como las escuelas no contaban con muchos recursos, los propios alumnos se hacían cargo del aseo de su salón de clases. Se formaban equipos y habitualmente una vez a la semana tocaba dedicar unos diez o quince minutos a las labores de barrer y trapear el salón, lo cual era tomado con toda naturalidad.
Desde luego, nadie que haya ido a las escuelas primarias de esa época, puede olvidar los castigos que, si bien no eran tan estrictos como los que contaban quienes acudieron a la formación primaria en décadas anteriores, de cualquier manera si causaban miedo entre los pequeños e iban desde los jalones de orejas o patillas, el recibir una llamada contundente de atención con el vuelo del borrador o del gis, hasta unos cuantos varazos o reglazos en las asentaderas por no poner atención o por ser más travieso de lo que estaba permitido.
El ciclo escolar se iniciaba en los primeros días de septiembre de cada año, y uno de los acontecimientos más felices para los niños era la recepción del paquete de libros de texto que se utilizarían durante el año. Para quien esto escribe, está presente hasta el día de hoy el recuerdo del olor de la tinta fresca en las hojas de los libros que se abrían por primera vez.
Otro recuerdo muy presente era el del tamaño y peso de los mesabancos o las bancas, pues se tenían que mover con cierta dificultad. En la parte frontal de cada fila había una mesa que sólo tenía en su interior un par de espacios para guardar los útiles. A partir de allí los muebles tenían una banca en la parte frontal y en la posterior el pupitre para que trabajaran quienes se sentaban atrás con su espacio para la colocación de su material. Por último, quien se sentada en el último lugar, solo tenía una banca con respaldo. Llamaba la atención que sobre los pupitres estaba labrada una canaleta para la colocación de lápices y bolígrafos. Todos los pizarrones eran de manera, pintados de verde e invariablemente se utilizaban gises hechos con cal para poder escribir.
A pesar de lo limitado de los recursos y de las naturales dificultades que implicaba para el maestro y para los alumnos trabajar con dos y a veces hasta con tres grados al mismo tiempo, la educación se impartía con el deseo sincero de que niñas y niños siguieran en su formación.
Casi medio siglo después, las condiciones de infraestructura y de personal docente presentes en las escuelas de los pueblos de Yauhquemehcan son muy diferentes. Los niños tienen acceso a otro tipo de apoyos y poseen el respaldo de técnicos especializados en pedagogía, en formación física y a veces hasta en arte. No obstante, muchas personas educadas en las décadas que he referido, al pasar frente a los edificios que albergaron sus años de infancia, siguen trayendo a la memoria decenas de recursos, la mayoría de ellos felices, en donde, con la inocencia y la energía propias de la niñez, se acudía a las instituciones educativas bajo el mandato estricto de los padres y la supervisión siempre celosa de las y los maestros. Algunos acudían con mochilas bonitas y bien cuidadas y también había lo que simplemente guardaban sus libros y sus cuadernos en una bolsa de mandado y así se presentaban a clases todos los días, con la ilusión de llegar a ser algún día mejores personas
¡Caminemos Juntos!
#AyuntamientodeYauhquemehcan #Tlaxcala #Yauhquemehcan #CaminemosJuntos

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