Decenas de familiares bloquearon la avenida Aztlán; hasta el momento no se ha determinado el número de reos que se fugaron.

Monterrey.- Un motín e incendio convirtió esta madrugada en un ‘infierno’ al Penal del Topo Chico, donde hasta el momento se reporta de manera extraoficial un saldo de 50 personas sin vida, entre celadores e internos, 70 heridos y reos fugados.

En el interior del Centro de Readaptación Social se registraron detonaciones, incendios y una fuerte movilización policiaca que inició después de los primeros minutos de las 12:00 horas.

La acción violenta habría comenzado en los primeros minutos de este jueves en el área de visita conyugal de las instalaciones de la penitenciaría más antigua de Nuevo León, ubicada en el cruce de las avenidas Aztlán y Rodrigo Gómez, al poniente de Monterrey.

Hasta el momento, las autoridades estatales no han proporcionado información sobre personas lesionadas o muertas en estos hechos violentos.

Versiones de vecinos indicaban que alrededor de las 00:00 de hoy, un grupo de reos se apoderó de uno de los pabellones del centro penitenciario, prendiéndole fuego, para distraer la atención e intentar fugarse de las instalaciones.

Desde el exterior de la cárcel se escuchaban detonaciones y explosiones, al parecer de granadas de fragmentación, así como consignas por parte de los internos del centro de readaptación social.

El estallido violento provocó la movilización de elementos del Ejército Mexicano, Fuerza Civil y de la Policía de Monterrey, quienes intentaban retomar el control del penal de Topo Chico, aparentemente sin éxito hasta esta madrugada.

Los uniformados bloquearon los accesos viales a las instalaciones penitenciarias y rodearon el perímetro ante una posible fuga masiva de presos.

Debido a la falta de información oficial, se desconoce cuántos presos participaron en este amotinamiento, aunque versiones extraoficiales difundidas por redes sociales indicaban que éste se originó por un intento de fuga, que aparentemente no logró consumarse.

Desde el inicio de la actual administración estatal se relevó al personal militar que custodiaba los tres penales, los cuales son vigilados con elementos de Fuerza Civil.