La pandemia provocada por el virus del COVID-19 no ha sido obstáculo para que los docentes con vocación den ejemplo de entrega y amor a su oficio, amor a los niños, como es el caso del maestro José Alberto López Castro que recorre comunidades para entregar los trabajos y los niños cumplan con sus trabajos que van a desarrollar durante el mes de mayo.
Serpenteando caminos sinuosos, el maestro José Alberrto de la escuela secundaria Tierra y Libertad busca las casas diseminadas en el monte para entregar a cada niño o niña su plan de trabajo.
Primero llega a Palmarito de los Parra, Mocorito, busca a uno, luego a otro, en cada entrega, la sonrisa de satisfacción del maestro da testimonio de lo que realmente es su cometido al dejar el aula para ir en busca del niño que vive alejado de la tecnología.
El maestro no tiene manera de comunicarse con las familias y alumnos a través de las plataformas digitales que ha mejorado la función educativa, porque en el monte no las hay, pero él, de manera personalizada, llega a lo más alto de la sierra, dejando el saber y el conocimiento a sus mentores.
Sube y baja esos escarpados caminos, llega a una comunidad, luego a otra, le urge que sus niños y niñas de secundaria se preparen para sacar bien el año escolar. “Ya hice entrega de dos trabajos y sigo buscando a otras dos alumnas para dejarles el trabajo….”, señala.
No le importa cuánto tiempo dure en esas soledades, se pierde por una vereda, luego toma otra, por fin llega a casa de otro alumno, hace entrega del trabajo y vuelve a esos caminos polvorientos, no desmaya.
El calor para esa hora -11 de la mañana-, es sofocante, protegiéndose con cubre boca y gel anti bacterial para no llevar también el contagio, el maestro sigue con su misión.
“Son pasadas las doce del día, ya terminé de contactaros, en San Benito es la última comunidad donde estuve con algunos niños, les dejé tareas, a los que no encontré dejé tareas al conserje de la escuela primaria para que se los entregue, pero son mínimos, sé que los va a entregar, porque lo hizo en el mes de abril”, señala.
En Sinaloa, el sistema educativo cuenta con cerca de 900 mil estudiantes, desde educación inicial hasta el nivel superior, quienes en algunos casos toman sus clases desde los hogares. Las formas son variadas, debido al contexto de cada comunidad. Son nuestros docentes quienes, al conocer la situación de sus alumnos, han emprendido diversos mecanismos para el “cómo sí” sus alumnas y alumnos reciban los contenidos académicos.