Vía Diariosur

Imposible acostumbrarse a ello. Es muy raro que al final de la jornada no escuchemos un pitido lastimero procedente de nuestro móvil. Ya lo hemos oído antes. Muchas veces. Nuestro smartphone nos avisa de que se está quedando sin energía. Si estamos cerca de un enchufe o un ordenador, evitaremos que caiga en un sueño profundo. Si nos pilla fuera de casa, no podremos evitar la tragedia con el consiguiente mosqueo por nuestra parte. Y es que muchas veces no logramos entender por qué se gasta tan pronto la batería de un teléfono que apenas hemos utilizado durante el día. Sólo hemos mandado algunos WhatsApp, leídos tres correos electrónicos, hechas un par de búsquedas en Google y nos hemos metido en Facebook para actualizar nuestro estado vital. Nada del otro mundo. En la mayoría de las ocasiones, la respuesta a este misterio que parece insondable no es otra que las aplicaciones que tenemos instaladas en la memoria de nuestros celulares. Ellas son las grandes culpables de una situación que se repite día tras día independientemente del modelo de teléfono que tengamos y de su sistema operativo, aunque es justo señalar que Android, por su propia naturaleza interna al correr sobre una máquina virtual, gasta más energía que iOS y Windows Phone que no cuentan con ese requisito previo para poder funcionar.

Por todo ello no hay que generalizar, aunque es cierto que existen programas que actúan como insaciables vampiros que dejan sin energía a nuestros móviles. No nos referimos a los juegos, que precisan de mucha potencia gráfica para funcionar, incluso los aparentemente simples como el Candy Crash Saga. Hablamos de ‘apps’ que consumen batería todo el rato solo por estar ahí, cómodamente instaladas en el escritorio en nuestro móvil. Aplicaciones, por desgracia, tan populares y necesarias para nuestro día a día que, pese a su coste energético, nunca osaríamos desinstalarlas. ¿Quieres conocerlas? Aquí tienes diez, todas ellas encabezan los rankings de aplicaciones despilfarradoras de energía elaborados por empresas independientes como la compañía de seguridad online AVG. Eso sí, conocer cuáles son nos puede ayudar a tratar de controlar su uso y así poder llegar al final del día con ciertas garantías de que nuestro teléfono no se va a apagar en el peor momento. Todo un reto.

1. FACEBOOK

La aplicación de la famosa red social creada por Mark Zuckerberg en 2007 se está constantemente actualizando con nuevas funciones y características. Por desgracia, limitar su gasto energético no parece ser una de sus prioridades. Facebook, al igual que su servicio de mensajería Messenger, son auténticos chupópteros de batería tanto si se están utilizando como si no. En especial, consumen mucha energía cuando se reinician por lo que, si somos de los que estamos todo el rato actualizando nuestro estado o viendo lo que comparten nuestros amigos, vamos a tener auténticos problemas para que nuestro móvil no necesite de un enchufe al final del día. Por ello, se aconseja moderar su uso si estamos fuera de casa. Una misión imposible para los que están enganchados al juego de ‘los me gusta’ en cualquier momento y lugar.

2- WAZE

Y vamos con otra red social, pero esta vez basada en el tráfico rodado. En 2008, unos ingenieros israelíes fundaron Waze con la idea de convertirse en una alternativa gratuita a los navegadores de las grandes marcas como TomTom que aterrizaban en los smartphones con aplicaciones de pago. Pero aún había más. Su programa permitía a los usuarios actualizar los mapas al momento e incluso informar de las incidencias en las carreteras como obras o atascos, lo que hacía posible que su navegador guiara a los conductores por rutas alternativas para evitarlas. Su éxito fue tal que Google acabó en 2013 comprando la empresa por casi mil millones de dólares. Por desgracia, la compañía del famoso buscador no ha sido capaz de hacer que la aplicación oficial gaste menos energía, siendo un auténtico pozo sin fondo para los móviles de los sufridos wazers, como se autodenominan los orgullosos usuarios del GPS más cooperativo del sector de la telefonía móvil. La única forma de ahorrar batería sería recurrir a otros navegadores como Maps de la propia Google o Here de Nokia, aunque tampoco se quedan cortos en el consumo debido a la utilización permanente del chip de geolocalización insertado en nuestro móvil. Un tributo energético que hay que pagar para evitar que nos perdamos a las primeras de cambio en nuestros viajes.

3- SPOTIFY

Todos los discos de la historia de la música a mano con solo encender el móvil. Un sueño que se hizo realidad para los melómanos en 2008 gracias a Spotify. La famosa multinacional sueca vio en los smartphones una excelente oportunidad para expandir su negocio de streaming sonoro, al principio mediante su uso exclusivo para clientes de pago y posteriormente permitiendo el acceso gratuito a las funciones de radio a todo tipo de usuarios a cambio de escuchar publicidad. Y así todos contentos. Por desgracia, su aplicación es una derrochadora que siempre está drenando, gastando la batería, aunque en ese momento no la estemos utilizando. Podemos usar otros programas similares como rdio, Tidal, Google Music o esperar al inminente aterrizaje de Apple Music, que se convertirá en su más temido competidor, para que cese, en parte, la hemorragia en las pilas de nuestros smartphones. En todo caso, seguro que a sus usuarios no les importan pagar este peaje energético a cambio de poder acceder en cualquier momento y lugar a las canciones de todos sus artistas favoritos sin preocuparse del espacio que tengan libre en las memorias de sus teléfonos.

4-AMAZON

La típica aplicación que tenemos instalada en nuestro móvil y de la que nunca sospecharíamos que podría gastar tanta batería. Como no podía ser de otra forma, la mayor tienda online del mundo cuenta con una ‘app’ para facilitar nuestras compras. Lo malo es que se trata de uno de los programas que más energía consume cuando lo estamos utilizando. Casi como si se tratara de un videojuego. Algo inaceptable para muchos usuarios que tiene una fácil solución: desinstalarla y acceder a Amazon a través de su página web. Eso les permitirá ahorrar algo de batería a costa de perder algo de usabilidad. La mala noticia es que su famosa aplicación para leer libros, Amazon Kindle, también aparece en esta particular lista negra de derrochonas energéticas. Así que los devoradores de libros se deben plantear el dilema de seguir con ella o cargar con un ebook, uno de los pocos dispositivos modernos que, gracias al empleo de la tinta electrónica, nos asegura semanas de autonomía sin necesidad de recargarlo cada poco tiempo. Ojalá los móviles fueran así.

5-GESTORES DE CORREO ELECTRÓNICO

Aquí no hay diferencias entre distintas aplicaciones, ya que el gasto energético dependerá del número de cuentas de correo electrónico que tengamos asociadas a nuestros móviles, independientemente del gestor que utilicemos. No es lo mismo tener una que tener diez, sobre todo si tienen mucha afluencia de mensajes. Tampoco es lo mismo que la bandeja de entrada se actualice utilizando notificaciones push, en el que recibimos el mail automáticamente gracias a un servidor especialmente preparado para ello, que usando el sistema pull, en el que es nuestro smartphone el que se comunica con el servidor para saber si hay correos nuevos. En este último caso, el uso de la batería es mayor, sobre todo si en el menú de opciones señalamos que se conecte a ese servidor cada muy poco tiempo. Si tenemos muchas cuentas con este método, lo mejor es optar por una conexión manual si no esperamos recibir mails importantes. Si no podemos hacer eso por cuestión, por ejemplo, de trabajo, trataremos de elegir un tiempo de actualización no inferior a la media hora si queremos que nos dure algo más la pila de nuestro teléfono. Algo difícil de lograr si dependemos del correo electrónico para la mayoría de nuestras comunicaciones.

6-LINE

Es, sin duda, uno de los servicios de mensajería instantánea más utilizados gracias a la posibilidad de enviar los gigantescos y variados stickers, dibujos de grandes proporciones con los que podemos expresar nuestro estado de ánimo y más propios de un cómic manga que de una aplicación móvil. Lógico, hay que tener en cuenta que Line nació en Japón en 2011 por lo que este servicio, que supera los 500 millones de usuarios, es un buen reflejo de su cultura. Ahora bien, comunicarse de esta forma tan espectacular tiene su precio y éste no es otro que un desmedido gasto energético. Pese a sus años de funcionamiento, la compañía Naver, la propietaria de Line, ha sido incapaz de reducir su consumo, algo que notan sus usuarios desde el mismo momento en el que instalan la aplicación en sus teléfonos. Si estás enganchado a sus famosas pegatinas, no querrás oír ni hablar de dejar de utilizarla, aunque lo más probable es que a muchos lectores les dé igual porque solo usan WhatsApp. Pues malas noticias, el servicio de mensajería más popular en España, propiedad ahora de Facebook, también gasta muchísima batería, más que otras aplicaciones similares, sobre todo si estamos incluidos en muchos grupos de amigos, familiares y conocidos varios que no paran de mandar mensajes. Es lo que tiene el vivir en un mundo cada vez más interconectado.

7-INSTAGRAM

La famosa aplicación para editar nuestras fotografías y vídeos con múltiples filtros y efectos visuales para posteriormente compartirlas con el resto de usuarios de esta red social también supone un gasto extra para nuestra batería. Instagram, creada en 2010 exclusivamente para los iPhone y ahora en poder de Facebook tras adquirirla por 1.000 millones de dólares, consume bastante energía cuando está en uso, sobre todo cuando filmamos y reproducimos los vídeos de tan solo 15 segundos de duración como máximo. Naturalmente, es difícil encontrar una alternativa que nos satisfaga si somos instagramers, aunque Pinterest es de las aplicaciones que menos consume y también permite compartir nuestras imágenes. También merece la pena Snapseed, una gran aplicación fotográfica adquirida por Google, y que, de momento, no gasta tanta batería. Eso sí, carece de soporte para vídeos, aunque seguro que perdonamos esa ausencia si estamos un poco cansados de usar siempre los mismos filtros en nuestras fotos.

8-PATH

Un Facebook solo para los más íntimos. Así se dio a conocer en 2011 una red social en la que lograr el mayor número de ‘amigos’ ya no era lo más importante. Con Path, podemos expresar realmente lo que sentimos y pensamos sin temor a escandalizar o indignar a nuestra lista de contactos con nuestros comentarios políticamente incorrectos. Nuestros amigos y familiares, que son los que mejor nos conocen, ya están curados de espanto. Lo malo es que la aplicación de esta especie de diario personal para compartir mensajes, textos, fotos, vídeos y ubicación con los más allegados, 150 como máximo, consume bastante batería al igual que su servicio de mensajería que acabó independizándose de ella como hizo Facebook con su Messenger. La alternativa sería desinstalarla y emplear otros programas que hacen lo mismo, aunque los enamorados de Path no estarán dispuestos a ello. Solo por contar con esos iconos que van más allá del simple ‘me gusta’ a la hora de reaccionar a lo que comparten nuestros seres queridos merece la pena cualquier sacrificio. Incluido el energético.

9-YOUTUBE

No podía ser de otra forma. Junto a los videojuegos, ver vídeos es una de las tareas que más gasto energético acarrea. Por eso YouTube aparece en esta particular lista negra, aunque, para ser justos, poco puede hacer el servicio multimedia más popular de Google para evitar el gasto masivo de nuestras baterías cuando lo utilizamos. Pese a todo, podemos tratar de reducir su elevado consumo si optamos por ver los vídeos a una resolución comedida en vez de en HD, con lo que conseguiremos también ahorrarnos unos megas de nuestra normalmente limitada tarifa de datos. En todo caso, no nos engañemos. Si quieres evitar esta auténtica sangría para la batería de nuestro móvil, trata de ver los vídeos solo cuando estés en casa cerca de un enchufe. De lo contrario, lo más probable es que el móvil se te apague mucho antes de que llegue la noche.

10-TWITTER

Pese a estar más depurada que otras aplicaciones de redes sociales desde un punto de vista energético, Twitter no se libra de ser una de las que más batería gasta. Y lo es por las notificaciones, que drenan las pilas de nuestros móviles hasta límites insospechados si somos seguidores de muchos usuarios, organismos y empresas. La única solución para frenar este desmedido consumo es eliminar totalmente las alertas, aunque eso le quita toda la gracia a un sistema basado en el envío instantáneo de mensajes cortos capaces de convocar una manifestación callejera contra el gobierno de turno en pocos minutos. Lo más aconsejable es acotar los avisos y mantener solo los de las fuentes de las que realmente nos interesa estar puntualmente informados. También merece la pena dedicar unos minutos a explorar el exhaustivo menú de notificaciones de la red social creada en 2006 en EE UU. De esta forma, podemos elegir si recibimos alarmas de los tweets en general, menciones expresas a nuestra persona, retweets de nuestros mensajes, tweets de nuestros followers favoritos, noticias o emergencias. Casi nada. Opciones que tratan de evitar que la aplicación se apodere prácticamente en exclusiva de nuestro móvil. Y, de paso, de su batería.